El oficio de albañil es duro. Largas horas realizando movimientos repetitivos que acaban desgastando los músculos y los huesos, acciones que ponen en riesgo la seguridad del trabajador, soportar el frío y el calor en los meses más duros y el agotamiento después de cada jornada.
Esta nueva máquina llamada SAM (Semi Automated Mason) que os voy a presentar permite a los albañiles realizar sus tareas de forma más segura y eficiente. La empresa que lo ha fabricado, Construction Robotics, ha diseñado el invento para cubrir una de las tareas más repetitivas del oficio: coger ladrillos, echar el mortero y colocarlos donde toque. El albañil solo tiene que repasar el trabajo, es decir, retirar el mortero sobrante, marcar bien las yagas y dedicarse a la parte más estética del trabajo.
Como habéis visto en el vídeo, SAM puede colocar largas hileras de ladrillo sin esfuerzo. Además, puede seguir patrones estéticos (una fachada que tenga un dibujo concreto, por ejemplo) con tan sólo meter la información.
Los resultados son espectaculares. Un albañil puede colocar entre 300 y 500 ladrillos al día, mientras que SAM puede colocar entre 800 y 1200 ladrillos al día. En pocas palabras, un albañil y SAM son mucho más productivos que varios albañiles juntos realizando el mismo trabajo.
La pregunta que salta inmediatamente es: ¿no quitará esta máquina puestos de trabajo? Yo diría que no. Se debe pensar en la seguridad de los trabajadores y en la eficiencia. No creo que haya mucha gente que le gusten las obras largas, los ruidos, la suciedad y el ir y venir constante de la maquinaria. Además, los trabajadores pueden cubrir otras áreas de la obra, por lo que aumentaría la productividad. Sinceramente, veo más ventajas que inconvenientes respecto a SAM.
Me figuro que esta máquina costará bastante, pero creo que la inversión merece la pena y se amortiza con el tiempo.
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