07 abril 2015

Prosémica

Nota importante: este escrito no es de mi autoría. Todos los créditos van dirigidos a Guillermo Manuel Martínez de la Teja, Maestro en Ciencias en Ergonomía.

La prosémica es un apartado de la antropología social que estudia el uso y percepción del espacio social y personal, poniendo especial atención en la forma en que las personas responden a las relaciones espaciales en el establecimiento de grupos formales informales, al liderazgo, flujo de comunicación y actividades, en base al espacio y la densidad ocupados.

También estudia la orientación espacial personal en el contexto de la distancia conversacional y como ésta varía de acuerdo con el sexo, el status, los roles, la orientación cultural y otros factores.

El término prosémica fue introducido por el antropólogo Edward T. Hall en 1963 para describir las distancias medibles entre la gente mientras estas interactúan entre sí.

Edward T. Hall, nació en Missouri en 1914 y comenzó su investigación sobre las percepciones culturales en relación con el espacio durante la Segunda Guerra Mundial, mientras se encontraba en Europa y Filipinas, como parte de la armada de los Estados Unidos, y posteriormente en diferentes puestos que desempeñó en diversos países, situación que le permitió observar las múltiples barreras y dificultades de comunicación que se presentan entre las diferentes culturas.

En 1966 expone su teoría acerca de la prosémica al publicar su libro “La dimensión desconocida”, donde establece que la percepción del espacio se deriva de los órganos sensores comunes en todos los humanos, pero se ve modelada e influida por los patrones de cada cultura. Hall argumenta que los diferentes modelos culturales para definir y organizar el espacio son adoptados por cada persona en un nivel subconsciente, lo que provoca fallas de comunicación y entendimiento entre las diferentes culturas, aspectos que se ven reflejados tanto en los espacios próximos o cercanos al ser humano, como en espacios comunes a todo un grupo social, reflejándose en la organización que se presenta en la disposición de calles, unidades habitacionales e incluso ciudades enteras.

Hall hacía notar que diferentes culturas mantienen estándares de espacio interpersonal. En las culturas latinas, por ejemplo, esas distancias relativas son más pequeñas, y la gente tiende a estar más cómoda cerca de los demás. En las culturas nórdicas es lo contrario.

Darse cuenta y reconocer estas diferencias culturales mejora el entendimiento intercultural, y ayuda a eliminar la incomodidad que la gente puede experimentar, si siente que la distancia interpersonal es muy grande o muy pequeña.

Las distancias personales cómodas también dependen de la situación social, el género y la preferencia individual.

La hipótesis que sustenta el sistema de clasificación prosémica se basa en conductas propias de los animales, incluyendo al ser humano, cuando se interfiere o invade su territorialidad, entendida como el área que el individuo defiende contra los miembros de su propia especie. Entre las especies animales, la territorialidad asegura la propagación de las especies regulando la densidad, mantiene la distancia de comunicación suficiente para que la presencia de comida o enemigos pueda ser señalada entre los miembros de la especie, ofrece protección contra los depredadores y, posiblemente su función más importante es el proteger el espacio propio de una sobreexplotación en términos alimenticios, necesarios para mantener la vida de cada individuo.

Hall diferenció tres espacios en el sentido del territorio propio:

-Espacio fijo: es el marcado por estructuras inamovibles, como las barreras de los países.

-Espacio semifijo: es el tipo de espacio que posee obstáculos posibles de mover o que se mueven.

-Espacio personal o informal: espacio alrededor del cuerpo. Varía en función de las culturas, ya que cada cultura estructura su espacio físico. Este espacio puede ser invadido. Si se utiliza un territorio ajeno con falta de respeto (mirar fijamente a alguien u ocupar dos asientos con bolsas cuando hay gente de pie) se da una violación del terreno.

Posiblemente la innovación y aportación más importante derivada de las investigaciones y observaciones de Hall al conocimiento sobre la prosémica, posteriormente complementado por el zoólogo suizo Heini Hediger, es la definición de los espacios y distancias para las diferentes situaciones:

Estas distancias serían subcategorías del espacio personal o informal.

-Distancia íntima: es la distancia que se da entre 15 y 45 centímetros (6 a 18 pulgadas). Es la más guardada por cada persona. Para que se de esta cercanía, las personas tienen que tener mucha confianza y en algunos casos estarán emocionalmente unidos, pues la comunicación se realizará a través de la mirada, el tacto y el sonido. Es la zona de los amigos, parejas, familia etc. Dentro de esta zona se encuentra la zona inferior a unos 15 centímetros del cuerpo, es la llamada zona íntima privada.

-Distancia personal: se da entre 46 y 120 centímetros (1,5 - 4 pies). Esta distancia se da en la oficina, reuniones, asambleas, fiestas, conversaciones amistosas o de trabajo. Si estiramos el brazo, llegamos a tocar la persona con la que estamos manteniendo la conversación.

-Distancia social: se da entre 120 y 360 centímetros (4 - 12 pies). Es la distancia que nos separa de los extraños. Se utiliza con las personas con quienes no tenemos ninguna relación amistosa, la gente que no se conoce bien. Por ejemplo: la dependienta de un comercio, el albañil, los proveedores, los nuevos empleados, etc.

-Distancia pública: se da a más de 360 centímetros (12 pies) y no tiene límite. Es la distancia idónea para dirigirse a un grupo de personas. El tono de voz es alto y esta distancia es la que se utiliza en las conferencias, coloquios o charlas.

En el medio laboral es conveniente observar algunos indicadores prosémicas con el fin de evitar conflictos interpersonales o grupales, ya que a pesar de que nadie es el propietario de su puesto de trabajo, todo ser humano desarrolla ciertos sentimientos de pertenencia sobre su equipo y puesto de trabajo, ya que esto le puede dar una sensación de pertenencia e integración a la organización.

La distancia interpersonal constituye el parámetro prosémica más importante, ya que las invasiones de este territorio pueden dar lugar a reacciones emocionales intensas que son la fuente de muchos conflictos en el ámbito laboral y social en general.

Las invasión que se puede presentar a estos espacios no solamente es corporal, también pueden ser auditivas, olfativas, o sensorial de algún otro tipo, por lo que entre compañeros con los que no se mantienen relaciones personales, el mantener distancias inferiores a 1.25 o 1.5 metros pueden dar lugar a conflictos.

Dentro de espacios definidos la clasificación de las tres principales situaciones de efectos prosémicas que se pueden presentar es:

-Hacinamiento: situación que se considera como la percepción de insuficiencia de espacio personal, que está relacionado básicamente con las distancias personales mínimas que se presentan en el espacio disponible.

-Aislamiento: que se considera como la percepción de insuficiente contacto interpersonal o social. Esta situación no sólo se provoca por barreras físicas en el espacio, también puede deberse a barreras de comunicación, tales como el nivel de ruido o la falta de contacto visual.

-Actividad en un espacio común: cuando es necesaria la presencia e interactividad de otras personas para realizar el trabajo, en situaciones de colaboración, observación e incluso competición con otros.

En la Enciclopedia de Salud y Seguridad en el Trabajo, de la OIT, edición de 1983, refiere como valores mínimos de espacio requerido los siguientes:

-Para cualquier actividad: 4.5 m 2/ persona o 2.5 a 2.6 metros de altura para los techos o 7 a 12 m 3/ persona.

-Para oficinas: en trabajos administrativos: 9 m2/ persona o en oficinas divididas: 6 m2/persona o en oficinas no divididas: 10 m2/ persona o en oficinas donde estén unas personas frente a las otras: 12 m2/ persona.

La densidad de ocupación, que es la relación entre la cantidad de personas que ocupan un espacio y la superficie ocupada, es un parámetro que resulta fácil de medir, aunque no es el único a considerar, ya que hay otros cuya influencia también es importante, como la orientación corporal, el campo visual, o el de privacidad acústica y visual, ya que aun respetando las distancias personales no es la misma sensación el tener una persona a metro y medio enfrente, al lado o detrás de uno mismo.

Sentimientos de enfrentamiento y vulnerabilidad pueden producirse fácilmente bajo disposiciones poco cuidadas.

También hay factores culturales que afectan los espacios y distancias interpersonales, así como la distribución de áreas de trabajo e incluso de convivencia social; por ejemplo, entre las observaciones de Hall se menciona que los norteamericanos consideran una distancia adecuada para una conversación social entre 1.20 y 2.10 metros, mientras que en muchas partes de Europa esta distancia puede reducirse a la mitad, lo que provoca en algunos norteamericanos el sentimiento de ser invadidos en su espacio.

Así mismo, la organización de las áreas en las casas, entre edificios y ciudades presenta diferencias de orden cultural, ya que la disposición cuadriculada de las ciudades es preferida por los norteamericanos y los británicos, sin embargo en países como España y Francia el patrón preferido de las ciudades presenta forma de estrella.

Prosémica a través de la historia

A continuación encontraremos, una relación de personajes, que a través de la historia han planteado la prosémica dentro de sus supuestos teóricos.

Policleto

Escultor griego del periodo clásico, el más famoso después de Fidias. Nació en Argos. Hizo una colosal estatua de la diosa Hera, esposa de Zeus y reina del Olimpo. Otras obras suyas son el Doriforo y el Diadumeno.

Realizó un cuidadoso estudio sobre las proporciones del cuerpo humano, un canon de la belleza ideal masculina basado en proporciones matemáticas, es el llamado canon de 7 cabezas.

Policleto es famoso por dar a las esculturas la necesaria vitalidad que otras culturas no lograban representar. Su forma de particionar el cuerpo humano no ha sido superada por un mejor método moderno.

Se toma la figura humana mirando su frente. Su método consiste en partir en cuatro la figura humana: una caída vertical que dividiera el cuerpo en dos mitades simétricas. Una transversal que dividiera el cuerpo a la altura de la cadera. Los cuatro sectores se denominan 1, 2, 3, 4 partiendo a la izquierda superior y rotando en el sentido horario. Los pares formados (1, 3 y 2, 4) debían ser desiguales: si el lado 1 estaba relajado (mano, brazo y hombro caído) el lado opuesto debe estar flexionado (3) y convenientemente repartido el peso: pierna y pie flexionado. Lo mismo ocurre con el otro par: si uno está flexionado, el otro está recto, y viceversa. Los dibujantes que se basan en un muñeco de madera articulado lo usan para las posturas de sus personajes. Si uno se fija bien en las esculturas griegas y romanas clásicas, siempre encontrará esta regla. (Wikipedia.org/wiki/policleto)

Vitrubio Marco

Arquitecto romano, nacido en el siglo I A.C, sostuvo que las dimensiones de los edificios debían fundamentarse en ciertos principios estéticos preestablecidos en el cuerpo humano.

Dice Vitrubio en su libro tercero cuando trata del origen de las medidas de los templos: “Es imposible que un templo posea una correcta disposición si carece de simetría y de proporción, como sucede con los miembros o partes del cuerpo de un hombre bien formado. El cuerpo humano lo formo la naturaleza de tal manera que el rostro, desde la barbilla hasta la parte más alta de la frente, donde están las raíces del pelo, mida una décima parte de su altura total.

La palma de la mano, desde la muñeca hasta el extremo del dedo medio, mide exactamente lo mismo; la cabeza, desde la barbilla hasta su coronilla, mide una octava parte de todo el cuerpo; una sexta parte mide desde el esternón hasta las raíces del pelo y desde la parte media del pecho hasta la coronilla, una cuarta parte.

Desde el mentón hasta la base de la nariz, mide una tercera parte y desde las cejas hasta las raíces del pelo, la frente mide igualmente otra tercera parte. Si nos referimos al pie, equivale a una sexta parte de la altura del cuerpo; el codo, una cuarta parte, y el pecho equivale igualmente a una cuarta parte.

Los restantes miembros guardan también una proporción de simetría, de la que se sirvieron los antiguos pintores y escultores famosos, alcanzando una extraordinaria consideración y fama. Exactamente de igual manera, las partes de los templos deben guardar una proporción de simetría perfectamente apropiada de cada una de ellas respecto al conjunto total en su completa dimensión. El ombligo es el punto central natural del cuerpo humano.

En efecto, si se coloca un hombre boca arriba, con sus manos y sus pies estirados, situando el centro del compás en su ombligo y trazando una circunferencia, esta tocaría la punta de ambas manos y los dedos de los pies. La figura circular trazada sobre el cuerpo humano nos posibilita el lograr también un cuadrado: si se mide desde la planta de los pies hasta la coronilla, la medida resultante será la misma que se da entre las puntas de los dedos con los brazos extendidos; exactamente su anchura mide lo mismo que su altura, como los cuadrados que trazamos con la escuadra. Por tanto, si la naturaleza ha formado el cuerpo humano de modo que sus miembros guardan una exacta proporción respecto a todo el cuerpo, los antiguos fijaron también esta relación en la realización completa de sus obras, donde cada una de sus partes guarda una exacta y puntual proporción respecto a la forma total de su obra. Dejaron constancia de la proporción de las medidas en todas sus obras, pero sobre todo las tuvieron en cuenta en la construcción de los templos de los dioses, que son un claro reflejo para la posteridad de sus aciertos y logros, como también de sus descuidos y negligencias”. (Vitrubio De Architectura, Libro Tercero-Capítulo I). (Sánchez Montaña Carlos, Roma y Grecia en Celtiberia, El hombre de Vitrubio).

Leonardo da Vinci

“El hombre de Vitrubio es el dibujo realizado por Leonardo da Vinci alrededor del año 1492 en uno de sus diarios y que se acompaña de notas anatómicas. El dibujo está realizado en lápiz y tinta y mide 34,2 x 24,5 cm. en la actualidad forma parte de la colección de la galería de la academia de Venecia.

Se trata de un estudio de las proporciones del cuerpo humano, realizado a partir de los textos del arquitecto romano Vitrubio titulados –Vitruvii De Architectura-, y del que el dibujo toma su nombre. Leonardo se representa a sí mismo desnudo y en dos posiciones sobreimpresas de brazos y piernas e inscrito en un círculo y un cuadrado.

Las notas de Leonardo da Vinci que acompañan el dibujo determinan las proporciones del cuerpo humano de acuerdo con el texto antiguo de Vitrubio: 

-Una palma es la anchura de cuatro dedos. 

-Un pie es la anchura de cuatro palmas. -Un antebrazo es la anchura de seis palmas. 

-La altura de un hombre son cuatro antebrazos (24 palmas). -Un paso es igual a cuatro antebrazos. 

-La longitud de los brazos extendidos de un hombre es igual a su altura. -La distancia entre el nacimiento del pelo y la barbilla es un décimo de la altura de un hombre. 

-La altura de la cabeza hasta la barbilla es un octavo de la altura de un hombre. 

-La distancia entre el nacimiento del pelo a la parte superior del pecho es un séptimo de la altura de un hombre. 

-La altura de la cabeza hasta el final de las costillas es un cuarto de la altura de un hombre. 

-La anchura máxima de los hombros es un cuarto de la altura de un hombre. 

-La distancia del codo al extremo de la mano es un quinto de la altura de un hombre. 

-La distancia del codo a la axila es un octavo de la altura de un hombre. 

-La longitud de la mano es un décimo de la altura de un hombre. 

-La distancia de la barbilla a la nariz es un tercio de la longitud de la cara. 

-La distancia entre el nacimiento del pelo y las cejas es un tercio de la longitud de la cara. 


-La altura de la oreja es un tercio de la longitud de la cara.

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